Nuestra faceta dulce es una historia que merece ser contada aparte. No solo de cebiches, sudados y más platos salados vive el hombre. ¡Que viva el postre! ¡Que viva el dulce!
Rossenda es nuestra masa madre. Nació en el Valle Sagrado y la trajimos hasta aquí porque es el alma de esta aventura para continuar con la cocina casera, artesanal, sencilla y sin distracciones.
Los postres son nuestra vocación, en cada expresión de agrado, en cada sonrisa de nuestros pequeños visitantes encontramos satisfacción del trabajo bien hecho.